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Ejercicios Terapéuticos

Tres Cerebros

Ver ejercicios al final de esta página.

Entender mis Contradicciones Internas.

Muchas veces las dificultades que tenemos en el día a día, se reducen esencialmente a lo mismo: A que no somos una sola cosa y a que tenemos partes internas que pueden estar en oposición. Por ejemplo, el deseo frente al deber, la moral frente a los sentimientos, etc. Esto explica por qué cuando nos proponemos un objetivo, podemos padecer Resistencias (+ info) , que van en contra de dicho objetivo.

Pero podemos aprender cómo funciona nuestra Mente (próximamente) . Así detectamos las pautas y reglas que la rigen, lo que nos permite ser más libres y entender mejor a los demás. A lo largo de la historia se han creado distintos mapas mentales, que nos ayudan a comprender la mente y a utilizarla en nuestro propio beneficio. Por ejemplo: la psicología de los eneatipos, las tópicas psicodinámicas, el análisis transaccional, etc.

Mientras más mapas y recursos de orientación utilicemos, más fácil será que nos conozcamos a nosotros mismos y que reduzcamos nuestras dificultades con los demás. Como hacían los marineros, utilizando distintos recursos de orientación (mapas, brújula, el Sol, las estrellas, etc). Ver Cuaderno de Bitácora (+ info)

Los Tres Cerebros.

En este texto vamos a ver el mapa mental de los tres cerebros, que nos ayuda a comprender nuestra manera de ser y a aprender a reducir nuestras dificultades del día a día. Este mapa describe nuestro cerebro como una muñeca rusa «matrioshka», que contiene dentro  de sí a otras muñecas de menor tamaño.

Es decir, es como si nuestro cerebro tuviera tres niveles de funcionamiento, con lenguajes independientes que a veces no se entienden entre sí:

1) El «cerebro instintivo» o complejo reptiliano. Es el que compartimos con los reptiles. Su función es garantizar la supervivencia individual y de la especie, a través de la actuación (impulsos). Controla las funciones automáticas: respiración, músculos, equilibrio, etc. No entiende de pasado o futuro, sólo vive en el presente. Simbólicamente lo podemos localizar en el «bajo vientre» (hara).

2) El sistema límbico o «cerebro viejo del mamífero». Que compartimos con la mayoría de los mamíferos. Gestiona las emociones, el dolor y placer, lo agradable y desagradable, el instinto de protección de las crías, la creación de familias y grupos, etc. Necesita interacción con el neocórtex para procesar las emociones. Simbólicamente lo podemos localizar en «el corazón».

3) La corteza cerebral, neocórtex o «cerebro humano». Procesa información de modo consciente y racional. Permite el análisis, la interpretación de normas sociales, el pensamiento avanzado, la razón, el habla, etc. Es el que estás usando para leer este texto. Simbólicamente lo podemos localizar en «la frente».

comunicacion interna

En nuestra Sociedad.

Hemos sido Educados (+ info) para gestionar principalmente nuestros conflictos de modo racional y consciente. Luego tendemos a no expresar los impulsos  y emociones potencialmente destructivas (agresividad, rabia, violencia, etc) para no aumentar los conflictos con los demás.

Pero a veces acumulamos muchos impulsos (deseos de agredir, golpear, etc) o emociones (odio, rabia, miedo, envidia, etc) que nos hacen daño a nosotros mismos.

Luego es importante canalizar y darle salida a esta parte nuestra que no encaja en nuestra sociedad actual. Por ejemplo a través del ejercicio físico, el deporte de contacto, la relajación, el mindfulness, etc. Ver el Ejercicio del Cojín (próximamente)

La Salud Mental.

Requiere un equilibrio entre estos tres planos de la mente: el hacer, el sentir y el pensar. Según los rasgos de personalidad que hemos desarrollado, predomina en nosotros alguna de estas partes sobre las demás. Detectar este desequilibrio y aprender a compensarlo, es una fuente indiscutible de paz interior, bienestar personal y disminución de las dificultades con los demás.

hacer sentir pensar

El Equilibrio entre «Nuestros cerebros».

Para conseguirlo, vamos a aprender cómo funcionan y se comunican cada uno de ellos. Vamos a conocer sus «idiomas».

Con el «cerebro reptiliano» nos comunicaremos a través de la conducta. Algo así como la comunicación entre una persona y su mascota. Probablemente la segunda entenderá mucho más las señales procedentes de nuestra conducta y tono de voz, que el significado de nuestras palabras.

Un ejemplo de comunicación con nuestro cerebro reptiliano se da a través de las técnicas de relajación y autohipnosis. Ya que esta parte de nuestro cerebro no sabe diferenciar cuándo estamos actuando, imaginando o soñando. Por eso cuando estamos entregados a una buena película, es como si la estuviéramos viviendo realmente (pasamos miedo, alegría, nos movemos en el sillón, nos tensamos, etc).

Por ejemplo podemos hacerlo a través de técnicas de mindfulness o meditación, donde vamos gradualmente desidentificándonos de las emociones, dependencias o aversiones que gobiernan nuestras vidas.

Con el «cerebro humano» podemos comunicarnos a través del lenguaje verbal, la lógica, el análisis, etc. Por ejemplo, realizando ejercicios por escrito, de análisis, estratégicos, sistémicos, etc.

ejercicios practicos

Un Ejercicio para el Día a Día.

Vamos a diseñar un plan estratégico, para resolver una dificultad (ya sea personal o con los demás) equilibrando nuestros tres cerebros.

Un plan similar al que vimos en estrategias para conseguir el Cambio (+ info)

Esto facilitará que todas las partes «remen a favor» de nuestro objetivo y consigamos el resultado sin grandes esfuerzos ni frustraciones. Así evitaremos la indefensión aprendida. Ver el cuento El Elefante Encadenado (+ info)

Podemos seguir las siguientes fases:

1. Elige un foco de trabajo. Un solo tema que quieras resolver. Como los cazadores expertos (osos, lobos, etc) que eligen a un solo miembro de la manada al que quieren atrapar; así centran su atención y tienen más opciones de conseguir su objetivo. Ver Mindfulness (+ info)

2. Vamos a observar la dificultad lentamente. Así las podremos ver en cámara lenta y conocer mejor.

Por ejemplo, vamos a escribir el presente ejercicio, lo cual nos obliga a ir lento, mantener un orden y un sentido. También nos permitirá no olvidar lo realizado, entre otros beneficios. Dedica un rato cada día a hacer este ejercicio. Cuando estés más tranquilo. Ponte un horario, sin rigidez.

3. Analizamos cómo intervienen los tres cerebros en nuestra dificultad. Revisamos qué papel está jugando cada uno de ellos a la hora de originar, mantener o resolver el problema.

«Cerebro reptiliano». ¿Qué hace el cuerpo y la conducta frente a la dificultad? por ej. temblar, dificultad en respirar, ganas de ir al baño, huir hacia atrás, huir hacia  adelante, paralizarse, etc.

«Cerebro mamífero». ¿Qué le ocurre a las emociones y a los vínculos frente a la dificultad? por ej. Se dispara una emoción que me invade hasta «envenenarme» y nublar mi capacidad de pensar, actuar, etc. Se dispara el deseo de romper un vínculo (odiar y no querer ver más a una persona). O el terror a perder a la otra persona (que se vaya a morir, que me vaya a dejar, etc).

«Cerebro humano». ¿Qué ocurre en el pensamiento, interpretación, juicio, etc. frente a la dificultad? por ej. Se dispara la suspicacia de ser atacado. Se produce bloqueo mental, sin capacidad de razonar o hablar con otras personas implicadas, etc.

4. Disonancia entre las partes. ¿Son coherentes las tres partes entre sí? O cada una de ellas rema en una dirección distinta. ¿Cuál de las partes te parece que está más adaptada a la realidad? ¿Cuál parece que está más desproporcionada? ya sea por exceso o por defecto.

Por ejemplo imaginemos a una persona que quiere resolver una dificultad con su jefe. Pero presenta un bloqueo físico cada vez que lo va a intentar. Sin embargo sus emociones están claras (lo desea hacer) y su pensamiento y su plan también (sabe que es sano para él hacerlo). En este caso, la dificultad parece que está en la parte conductual. Luego la solución llegará interviniendo ahí, a través de ejercicios de silla vacía, rol play, aproximaciones sucesivas, autohipnosis, etc.

5. Función del síntoma. ¿Para qué puede ser útil la resistencia?

Aquí suelen existir numerosos Puntos Ciegos (+ info) que se pueden ir detectando con la autobiografía, el cuaderno de bitácora, el trabajo en grupo o con la supervisión de un terapeuta experto.

Siguiendo el ejemplo anterior, quizás la memoria inconsciente está avisando del peligro que supone hablar con una figura de autoridad de la que se depende, debido a episodios vividos en el pasado. Pero al no haber aprendido nuestra parte consciente a reconocer la utilidad de dicho bloqueo físico, se vive como si fuera una limitación.

6. Intervención estratégica. Una vez que conocemos la dificultad, los elementos que la integran y las fuerzas que van a favor y en contra, ya podemos pasar a la acción estratégica para conseguir el cambio sin grandes esfuerzos. Ahorrándonos así el desgaste de energía, tiempo y sufrimiento innecesario.

La intervención partirá desde el área más bloqueada. Primero valorándola, ya que probablemente está intentando cuidarme (supervivencia, evitación del sufrimiento, etc). Segundo tranquilizándola, demostrándole suavemente que no hay peligro en la situación actual. Tercero, mejorando la comunicación entre las tres partes.

Por ejemplo, con un programa gradual de ejercicios, que comienza con la comprensión global de las tres partes (autobiografía, diario, etc), desbloquear la parte resistente (entrenamiento en relajación y programa de aproximaciones sucesivas, etc), cambio de la autoimagen y la conducta libre (mindfulness, autohipnosis, etc).

Comparte Salud (+ info) . Si crees que alguna de estas páginas le puede ser útil a otra persona.

2 respuestas a «Tres Cerebros»

[…] Cambio inconsciente o espontáneo. “Que no sepa la mano derecha, lo que hace la mano izquierda”. Suele estar relacionado con actuar y fluir con nuestro inconsciente o “piloto automático”. Está indicado para aquellos casos donde está interrumpida una respuesta natural del organismo, bien sea por la intervención excesiva de la razón, el pensamiento, los condicionamientos morales, etc. Por ejemplo en algunos problemas sexuales, donde el pensar interrumpe la respuesta natural del cuerpo. Otro ejemplo lo podemos ver en el cuento del ciempiés que iba tranquilamente caminando y un saltamontes le preguntó que cómo era capaz de semejante coordinación. El ciempiés se puso a pensar cómo lo hace … y se tropezó. Ver los tres cerebros (+ info) […]

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