«Salud Educativa»

libertad etica

Ver Ejercicios Prácticos al final de este página.

La educación, el gran motor de cambio.

Distintas disciplinas (psicología, psiquiatría, sociología, pedagogía, etc) están concluyendo que la herramienta fundamental para prevenir los trastornos mentales individuales y para sanar el curso de la sociedad es la educación sana o saludable. Debido a que es mucho menos costoso prevenir problemas mentales y de convivencia, que solucionarlos una vez que se han desarrollado. E igualmente ocurre con los conflictos sociales y medio ambientales, que hemos generado en nuestra sociedad.

Características de una «educación sana».

Las habilidades fundamentales a adquirir en una educación saludable, que permita el bienestar de las personas y la sociedad, están relacionadas con:

Aprender a ser persona. Conociéndose a sí mismo y desarrollando los propios potenciales únicos, que cada persona posee. Aprender a ser feliz, librándose de los «policías» externos e internos de nuestra mente. Prevenir la psicopatología en la infancia, ahorrándonos su tratamiento en la adultez (lo cual es bastante costoso en tiempo y energía). Darse cuenta de que somos seres tricerebrados (+ info) y que el ser persona implica encontrar un equilibrio o virtud entre nuestras distintas partes internas (cerebro primitivo-reptiliano, cerebro medio-mamífero, cerebro moderno-humano). De este modo podemos desarrollar nuestras Distintas Inteligencias:

1) La Inteligencia Atencional. Compuesta por el desarrollo de la concentración, la capacidad volitiva, la relajación (+ info) y la atención plena o mindfulness (+ info) . Esta permitirá a la persona desarrollarse en cualquier área que se proponga: realizar proyectos, planes, estrategias de planificación, etc. Y ayuda a prevenir problemas de conducta, déficit de atención, hiperactividad, etc.

2) La Inteligencia Instintiva. Que nace del conocimiento profundo del funcionamiento de nuestro cerebro primitivo-reptiliano. Este gestiona nuestros deseos, ganas, motivaciones e impulsos. Áreas muy importantes en nuestra sociedad de consumo, donde estamos recibiendo continuamente impactos comerciales sutiles, por parte de la publicidad, marketing, etc. Es el área de la autorregulación organísmica que se desarrolla con la relajación y la meditación. Ese «piloto automático» que nos mantiene en un estado saludable. Por ej. enseñando a un niño a diferenciar «el hambre» (necesidad física que nos señala el cuerpo) de «las ganas de comer» (huída del vacío emocional, frustración, búsqueda de placer, etc). Desarrollar este tipo de inteligencia permite prevenir el déficit de control de impulsos, problemas de conducta, violencia, conductas de riesgo, drogodependencias, etc.

3) La Inteligencia Emocional. Nos permite conocer cómo funcionan nuestras emociones y nos enseña a dirigirlas para nuestro beneficio y el de los demás. Esta inteligencia se puede desarrollar a través de la educación emocional, que consiste en un desarrollo integral de las competencias emocionales, como la autoregulación emocional, la libertad emocional, etc. Desarrollando estas competencias se previene la tensión, el estrés, la ansiedad, la depresión, el consumo de tóxicos, etc. Aumentan las habilidades para afrontar los retos de la vida y disminuye la cadena intergeneracional de sufrimiento innecesario.

4) La Inteligencia Cognitiva. Esta es la más conocida y sobrevalorada en nuestra sociedad. Nos permite acceder al conocimiento, resolver problemas concretos y cambiar nuestro medio ambiente. Es la más atendida en los sistemas educativos occidentales y permite el desarrollo de la Ciencia y Tecnología. Se pretende medir a través del Coeficiente Intelectual (CI). Cuando esta inteligencia es baja, la persona tiene importantes dificultades para valerse por sí misma. Y cuando es excesiva y no está acompañada de valores, puede producir conocimiento técnico perjudicial para las personas, medio ambiente, etc. Por ej. algunas personas con trastornos mentales, presentan un elevado CI. Sin embargo en nuestra sociedad sobrevaloramos esta inteligencia, como si fuera buena en sí misma.

Aprender a aprender. Esta habilidad metacognitiva nos permite desarrollarnos, ser más libres y adaptarnos a la sociedad del conocimiento, en la que hemos de aprender durante toda la vida. Así nuestra formación continua, tenderá a ser un proceso más placentero y gratificante.

Aprender a convivir. Desarrollar el arte de encontrar equilibrios en el día a día sobre dos áreas en constante confrontación en el ser humano: «ser yo mismo» vs. «estar con los demás». Por ej. mantener mis necesidades, libertades y deseos, mientras que soy capaz de experimentar que los tuyos no van a coincidir con los míos. Sólo así surge de modo espontáneo la libertad ética. Este arte se va desarrollando en el proceso de diferenciación familiar, en los grupos, las aulas… hasta llegar a las étnias, culturas, nacionalidades y religiones. De este modo se favorece el cambio de la sociedad a través del cambio individual de las personas.

Aprender a hacer. En nuestra sociedad, profundamente pragmática y donde el conocimiento ya está disponible en internet, es especialmente relevante aprender a gestionar y aplicar el conocimiento para transformarlo en hechos prácticos que mejoren la vida de las personas.

La educación formal.

Los logros históricos de la educación formal, son incuestionables. Por ej. la alfabetización, el acceso al conocimiento, la disminución de las diferencias sociales, la oportunidades de ascenso social, etc.

Pero una vez que la educación formal ya está establecida en la sociedad y mantenida en el tiempo, ¿está sufriendo algún tipo de degradación? ¿Estamos enseñando lo que realmente nos conviene aprender?.

Parece que están surgiendo importantes inconvenientes en la educación formal: normalización de las personas (hacerlas iguales a los que llegaron antes. Normopatía (+ info) y «pseudo-socialización», conformismo excesivo, etc). Una educación condicionante, para pasar exámenes y adquirir tickets para un empleo. Pero lo que se aprende forzadamente, se olvida pronto. Una educación obligada, que no desarrolla el propio interés, carece de iniciativa propia y no fomenta la curiosidad natural del menor. Este clima de imposición termina produciendo miedo a la libertad. Si sólo se transmite información forzada, la educación se convierte en un fraude. Esta educación parece estar contaminándose del «espíritu de la normatividad», a riesgo de convertirse en enemigo de la felicidad. Encontramos un ejemplo claro en la educación universitaria de los Estados Unidos, con una estructura altamente competitiva y donde muchos alumnos están consumiendo psicofármacos para poder afrontar dicha situación.

Para muchas personas, nos encontramos ante una crisis de la educación formal, donde los alumnos muestran gran resistencia a estar en las aulas y aumentan trastornos probablemente relacionados con su falta de sentido o motivación: déficit de atención, hiperactividad, problemas de conducta, etc. Es como si fuera una defensa ante la «alimentación forzada», la obligatoriedad del aula, el currículum escolar, etc. Donde parece que el alumno se prepara para pasar exámenes y adquirir tickets que le permitan conseguir un mejor posicionado en el mundo laboral. Pero donde las buenas notas, no suelen estar relacionadas con una futura vida laboral fructífera.

Es como si estuviéramos oscilando entre periodos de «educación disciplinaria» (que genera mucha resistencia al aprendizaje espontáneo y que sólo aporta una capa superficial de disciplina) y periodos de «educación libertaria» (en la que el alumno se pierde en el hedonismo, la pérdida de valores, etc).

Pero, ¿es posible una «educación saludable»? que redunde en una disciplina natural, mayor que la propia «educación disciplinaria» y a la vez el alumno se sienta motivado en su proceso de aprendizaje natural. ¿Es posible una educación que haga sentirse a las personas más libres? reconociendo mejor sus impulsos, deseos, emociones y condicionamientos mentales. ¿Una educación que favorezca el desarrollo de vidas más productivas para alumnos y educadores?.

La educación familiar.

La familia es la unidad social básica y está regida por normas, estructuras, lealtades, dependencias, etc. que difícilmente conocemos en su totalidad, al habernos desarrollado dentro de ella. Luego aprender a percibir y gestionar estos factores, permite desarrollar el bienestar personal y grupal. Para más detalles ver el apartado de Orientación Familiar (+ info)

La estructuras familiares predominantes se adaptan a las estructuras sociales de su época. En las últimas décadas parecen estar predominando las familias con padres muy ocupados laboralmente, que vuelven a casa agotados tras sobrevivir en un sistema laboral cada vez más exigente. Para más detalles ver el apartado de «Salud Laboral» (+ info)

Es como si se estuviera produciendo una delegación sutil de la labor educativa en los medios de educación informal de masas y en el materialismo consumista (por ej. comprando innumerables objetos a nuestros hijos, como modo inconsciente de compensar nuestra ausencia a lo largo del día). Ver Equipo Educativo (+ info)

La educación «de masas».

Esta forma de educación informal no es fácil de percibir, al estar presente de modo transversal a través de distintas herramientas de la sociedad (medios de comunicación, publicidad, marketing, TV, internet, smartphone, video juegos, cine, etc). Sería como preguntarle a un pez, qué es el agua. Probablemente, no la perciba al estar siempre inmerso en ella. Manipulación de la Atención (+ info)

Y cuando se percibe, las personas tienden a sentirse «falsamente libres» frente a sus efectos (por ej. es frecuente escuchar frases como: «a mí la publicidad no me influye»). Estas estructuras sociales están descritas en el apartado «Salud» Social (+ info)

Un ejemplo de plan de actuación, en el ámbito escolar.

Todo lo anterior no sirve de nada si no desarrollamos acciones concretas, que mejoren evidentemente nuestro día a día.

Muchas personas comentan que en la educación hay algo que no funciona adecuadamente. Pero no saben cómo comenzar a hacer cambios concretos que mejoren sus vidas en este sentido. «¿Cómo le ponemos el cascabel a este gato tan grande? Ej. El congreso de los ratones (Lope de Vega).

En este punto, la psicoterapia puede aportar sus métodos científicos para resolver dificultades personales, de pareja, familiares, grupales y sociales. Por ejemplo veamos el siguiente plan de actuación, dividido en pasos:

1) Metodología. Lo primero para afrontar una cuestión tan amplia, es tener un mapa global y a la vez medir nuestras propias fuerzas. Para ello podemos seguir un método ecológico: «piensa globalmente y actúa localmente«. Por Ejemplo: Imaginemos que somos un profesor de música (con alumnos de 12 años) y me doy cuenta de que en nuestra sociedad actual, los niños están hiperestimulados con las nuevas tecnologías e inquietos físicamente al estar poco tiempo en la calle. ¿Qué puedo hacer al respecto con mis alumnos de clase?.

2) Observo globalmente. Esto nos permite tener una visión global de lo que funciona adecuadamente y cuáles son las carencias. Así podemos elegir nuestra área de intervención, con la tranquilidad de que nuestra hipótesis es correcta (ya que está confirmada en muchos sitios de la sociedad). Siguiendo el Ejemplo anterior: Muchos de los alumnos están inquietos y desmotivados en el sistema educativo formal. Y esto también se reproduce en mi aula.

3) Diseño un plan local. Elijo mi área de intervención, adaptada a mis posibilidades reales. Así conseguiré cambios reales y tangibles, sin agotarme, ni frustrarme. De este modo evitaré «tirar la toalla» y seguir rodando con la inercia social. Además, podré descansar en paz, ya que «hago lo que puedo» siendo realista con mis capacidades como ser humano. Ejemplo: elijo mi población de intervención (los alumnos de mi clase), el lugar de intervención (el aula, pasillos, despacho, etc), el tiempo (horario lectivo, curso escolar) y cuándo no voy a intervenir (tardes, noches, fines de semana, vacaciones, etc) para poder descansar.

4) La necesidad de los menores. Pregunto, escucho  y observo cuáles son sus deseos y motivaciones. ¿Qué es lo que más les gusta hacer?. Si diseño un plan contingente con sus deseos, estaré remando a favor de la corriente. Ejemplo: Sólo quieren moverse físicamente, jugar interactuando entre ellos y ligotear. Acepto que ésta es su realidad biológica y me adapto a favor de ella.

5) El contexto. ¿qué opciones me permite el aula y la institución educativa?. Realizo un plan de intervención que sea respetuoso con las condiciones reales, así tendré la institución a mi favor. Ejemplo: sólo tengo 60 minutos, no puedo hacer ruido y molestar a otras aulas, etc.

6) Mis capacidades personales. Quizás éste es el punto más importante, para poder ser un agente de cambio real. En privado, realizo un autodiagnóstico personal. ¿cuáles son mis capacidades como persona y educador? ¿cuáles son mis carencias? ¿cómo puedo desarrollarlas? ¿cómo establezco un puente y un programa en común con las necesidades de mis alumnos y a la vez respeto a la institución educativa donde trabajo?.

El desarrollo de la salud mental del educador (padres, profesores, docentes, educadores sociales, animadores socioculturales, entrenadores deportivos, etc) garantizará que se encuentre menos dañado y prisionero de su Ego. Al tener una mayor calidad de vida, podrá transmitir estas habilidades a los demás de modo natural.  Así se acompaña de un modo más eficaz al menor, para que éste pueda resolver sus propias heridas emocionales y aumentar su motivación hacia el aprendizaje. Por ejemplo: su calma mental, estabilidad emocional, vocación o motivación educativa, etc.

Las herramientas más útiles para el desarrollo personal del educador son:

El análisis de su motivación y vocación. Numerosos estudios demuestran que cuidar o educar a algo que no seamos nosotros mismos (desde nuestra libertad y deseo) produce mayores niveles de bienestar y felicidad en el cuidador o educador. Este es un modo de trascendernos a nosotros mismos y de ser constructivos con la vida, lo que la enriquece con más sentido.

La consciencia sobre sus propios rasgos disfuncionales de la personalidad (el Carácter, Ego o Tipo de personalidad). De este modo podrá equilibrar sus errores perceptivos, impulsos, emociones, sistema cognitivo y estilo relacional con los menores. Así surge la verdadera relación amorosa (entendida como la conducta de cuidar). Por ejemplo, una herramienta muy práctica para esta labor es la Psicología de los Eneatipos.

El desarrollo de su propia inteligencia emocional. ¿Desde qué emoción me estoy relacionando ahora con esta persona? (lo que digo vs. lo que siento vs. lo que hago). ¿cómo se activan mis ansiedades y reacciones emocionales con los menores?

Las habilidades de comunicación. Aprendiendo cómo es la comunicación humana, sus reglas, axiomas, niveles, planos inconscientes, verbal, para-verbal, no verbal, etc.

Las habilidades sobre las dinámicas de grupo. Conocer qué es un grupo, qué fuerzas lo gobiernan, cómo se desarrolla la comunicación verbal, conductual, inconsciente, etc. Los supuestos básicos. El juego de roles y los rasgos de personalidad de sus integrantes. Los objetivos explícitos e implícitos del grupo. Las propias defensas y reacciones emocionales del educador. Entender al menor de forma individual y cuando está en un grupo (alianzas, mecanismos de defensa, etc). Adquirir herramientas de intervención grupal (observación grupal, hipótesis, técnicas de cambio, análisis de los resultados, aprendizaje y feedback).

¿En cuáles de estas áreas te quieres desarrollar personalmente y como educador?

7) Intervención. Comienzo a aplicar pequeños cambios y a observar los resultados. Con paciencia y humildad. En consonancia con las necesidades de los menores. Ejemplo: a través del juego físico, el movimiento, creatividad, las interacciones saludables entre ellos, etc.

8) Evaluación. Desde la humildad y el afecto con uno mismo, establecer un feedback de lo que funciona y con lo que me siento cómodo de mi estilo personal. Descansar en paz, por lo que no se puede cambiar y no está en mis manos. Así no llegará el agotamiento, ni la desmotivación.

9) Difusión y trabajo en equipo. Estar atento a las oportunidades de compartir con los compañeros, padres y otros profesionales, aquello que ha funcionado. Al favorecer el trabajo en red, se crean grupos de trabajo y se puede transmitir la experiencia a los responsables de las instituciones educativas para su aplicación.

Sobre el plan de actuación, en el ámbito familiar.

La familia está regida por normas, estructuras, lealtades, dependencias, etc. que difícilmente percibimos en su totalidad, al habernos desarrollado dentro de ella. Es en este área donde tenemos más Puntos Ciegos Cognitivos (+ info)

Para más información sobre este área, ver el apartado Orientación Familiar (+ info)

«SALUD», definición de la OMS (Organización Mundial de la salud).

«La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».

La cita procede del Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, que fue adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional, celebrada en Nueva York del 19 de junio al 22 de julio de 1946, firmada el 22 de julio de 1946 por los representantes de 61 Estados (Official Records of the World Health Organization, Nº 2, p. 100), y entró en vigor el 7 de abril de 1948. La definición no ha sido modificada desde 1948.

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